A
continuación, y en esta última entrada, haremos una breve reflexión sobre el
primer capítulo “El Himno Nacional” de la popular serie Black Mirror, creada por el guionista y crítico audiovisual Charlie
Brooker.
Michael
Callow, Primer Ministro británico, se enfrenta al gran dilema moral de tener
que elegir entre tener relaciones sexuales con un cerdo o que la Princesa
Susannah, duquesa de Beaumont, sea asesinada por sus secuestradores.
Como punto
de partida desde el comienzo del capítulo, se emplea una especie de juego
(gamificación). En este caso peligroso, debido a que no está en juego una vida
cualquiera sino la de la princesa de Gran Bretaña. La crítica social se da
tanto desde el comienzo del capítulo
(remarcando el gran poder de las redes sociales) como al final de este, donde
nos transmite la gran importancia de la dependencia tecnológica actual.
A lo largo
del episodio, podemos observar la gran influencia de las encuestas, Twitter, YouTube,
Facebook, la TV y otros medios de comunicación a la hora de plantearnos la toma
de una decisión personal. Cabe destacar que actualmente se tiene más en cuenta
la opinión social que la nuestra propia. En cuanto al escenario planteado, se
trata de una representación de las circunstancias desde una perspectiva
completamente realista. Esta situación podría ser completamente adaptable a
nuestro día a día.
Brooker, en
todo momento hace que el espectador tenga una idea certera de cuál es su
opinión ante esta nueva era tecnológica.
Dado que
nuestro tema elegido a la hora de hacer el Blog fue el arte, hemos escogido
este capítulo debido a que en el desenlace se muestra que todo había sido obra
del famoso pintor William Turner. El personaje de Turner, resulta ser el
secuestrador de la querida Princesa Susannah. Este, con su actuación, pretende
mostrar al mundo como en una situación de secuestro, premia el morbo (estar
viendo las últimas actualizaciones de cuál va a ser la elección de Callow) antes
que la propia vida de la duquesa.
En nuestra
opinión, lo más potente del episodio es su final. Nos basamos en la importante
apreciación de los hechos como la primera gran
obra de arte del siglo XXI. Cabe destacar la gran apreciación de Brooker,
ya que Turner comenzó a ser conocido dentro del impresionismo gracias al cuadro
Lluvia, vapor y velocidad. El gran
ferrocarril del Oeste. Esta obra es importante ya que el pintor quiere
mostrar el avance de las nuevas tecnologías de aquel entonces (el ferrocarril).
Por tanto, sería una buena apreciación dentro de la ficción, que su muerte
fuese tras realizar una obra de estas dimensiones, ya en el siglo XXI, y
destacando de nuevo la importancia de este mundo tecnológico.
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